Como todas sabemos, la vida ha decidido sorprendernos con este tiempo y esta situación de vida bastante “especial”. Realmente creo que no hay una forma mejor que otra o una manera “correcta” de pasar esta cuarentena y que cada una la va a ir viviendo de la mejor forma que crea posible o, simplemente, de la mejor forma que le salga. En mi caso, estoy aprovechando este momento para hacer algunas cosas que tenía pendientes, cocinar, leer mucho y también para capacitarme de forma online, porque creo profundamente que la capacitación continua es una herramienta esencial para crecer profesionalmente, aprender más sobre lo que nos apasiona y, también, para destacarnos en nuestro nicho.
Por este motivo, hace unas semanas, realicé un curso en Coursera, no sé si conocen la plataforma pero si todavía no la han visitado, aprovecho para contarles que es realmente excelente. El curso que hice esta vez se llama “Aprendiendo a aprender” (Learning how to learn) y se me ocurrió utilizar este post para compartirles los datos más relevantes que recogí del curso y que las pueden ayudar a aprender inglés técnico (específico para nutricionistas) de forma más efectiva.
El curso consta de distintos módulos en los que se tratan temas relacionados con el aprendizaje, los diferentes modos de pensar y como utilizarlos para aprender de manera efectiva, también nos brinda algunas herramientas para poder utilizar mejor nuestro tiempo, organizarnos y evitar la procrastinación y nos proporciona tips para tener en cuenta si deseamos mejorar nuestra capacidad de aprender.
A continuación les dejo el resumen de los datos más importantes que me dejó este curso.
Lo primero que menciona la profesora principal del curso (Bárbara Oakley) es que existen dos modos de aprendizaje:
- Enfocado (focused): es el más usual a la hora de estudiar, en él enfocamos nuestra mente y nos concentramos para incorporar nueva información.
- Difuso (diffused): es más relajado y en él vemos las cosas desde un punto de vista más amplio.
La realidad es que para aprender de forma más efectiva, nuestra mente necesita de ambos.
Una buena técnica que se recomienda para intercalar entre ambos modos de aprendizaje es la Técnica Pomodoro. Según esta técnica podemos usar un timer para enfocarnos en nuestro estudio durante 25 minutos, o un pomodoro, (apagar todo tipo de distracciones y concentrarnos en el estudio) y luego tomar una pausa de 5 minutos, aproximadamente, como “recompensa” y también para darle al cerebro un momento de relax y placer para incorporar lo aprendido y hacer nuevas conexiones neuronales que favorezcan el aprendizaje. Cada 4 pomodoros podemos tomar una pausa más larga de 20 minutos.
Esta técnica es también muy útil cuando tendemos a procrastinar. Tal como explica Bárbara, cuando nuestro cerebro no quiere hacer algo, porque le resulta aburrido o nos hace sentir “infelices” porque no queremos hacerlo (estudiar puede ser una de estas cosas) se activan en nuestro cerebro las mismas áreas que se activan cuando sentimos dolor, entonces el cerebro, intencionalmente, busca la forma de escapar o deshacerse de ese sentimiento o sensación. Sin embargo, también está comprobado que en cuanto nos ponemos a trabajar en eso, rápidamente el cerebro se reinicia y esta sensación se nos pasa o desaparece. Por eso, la técnica Pomodoro resulta muy útil ya que le pedimos a nuestro cerebro un rato de atención completamente enfocada y luego le damos una recompensa o un rato de relajación para “premiarlo” por el esfuerzo.
Para poder superar esta actitud de nuestro cerebro ante el estudio, los instructores nos proponen, entonces, utilizar las siguientes herramientas y trucos:
1. la primera es organizarnos (tener un planner semanal con las actividades que tenemos que realizar y leerlo la noche anterior; según nos explican leerlo antes de dormir es importante porque así, al día siguiente, nuestro cerebro estará preparado para cumplirlo.
2. la segunda es, como les comentaba más arriba, pensar una recompensa que nos regalaremos una vez que terminemos esa actividad que más nos cuesta llevar a cabo o ese tema que se nos hace más difícil estudiar (y siempre “entregarnos” esa recompensa una vez que esa tarea esté finalizada, nunca antes). Esto sucede porque está comprobado que nos resulta más fácil estudiar aquello que nos motiva, porque se libera dopamina ante la expectativa de una recompensa. Esta también es una forma de mezclar e intercalar entre el aprendizaje enfocado y el difuso de los que hablábamos al principio.
3. Tratar de estudiar/ trabajar en las cosas que menos nos gustan primero y dejar lo que más nos gusta para el final. Por ejemplo si tenés que estudiar un punto gramatical y algo de vocabulario, elegí que es lo que más te divierte y déjalo para el final.
4. Enfocarnos en el “proceso” y despegarnos un poco del resultado (por ejemplo, si estamos usando la técnica Pomodoro, enfocarnos en esos 25 minutos que tenemos por delante y no pensar tanto en todo lo que tenemos que incorporar o el resultado final que queremos alcanzar).
5. Estar atentas a aquellas señales que sabemos que nos llevarán a procrastinar y evitarlas (por ejemplo si sé que si suena mi celular me voy a desconcentrar, entonces puedo probar ponerlo lejos así evito escucharlo).
Otro de los conceptos importantes que se mencionan en el curso es el de la memoria. Lo más importante con respecto a este tema es saber que existen dos tipos de memoria.
- La memoria de trabajo: es la que se utiliza para trabajar en algo en el momento en el que lo estamos llevando a cabo. Esta memoria puede retener, en general, solamente 4 piezas de información al mismo tiempo.
- La memoria a largo plazo: que funciona como un depósito, contiene diferentes ítems o recuerdos que se acomodan en distintas partes de nuestra memoria y que podemos “re-visitar” o volver a ellos cada vez que los necesitemos.
Por supuesto, la idea, para poder realmente aprender algo es llevarlo desde nuestra memoria de trabajo a nuestra memoria a largo plazo para que quede allí “depositado” y podamos volver a utilizarlo cada vez que lo necesitemos. Y la pregunta más importante aquí es: ¿cómo podemos hacer para que esto ocurra? La respuesta que nos brindan los instructores es que podemos lograrlo a través de la REPETICIÓN y la PRÁCTICA. Dos palabras claves a la hora de aprender vocabulario técnico y estructuras gramaticales para aplicar en tus prácticas de nutrición, ya sea a la hora de comunicarte con pacientes o colegas de habla inglesa o al leer y comprender un artículo o un audio sobre tu especialidad.
En relación con esto, una técnica súper importante que nos brindan es la de la REPETICIÓN ESPACIADA (spaced repetition). Ésta consiste en practicar aquello que vamos incorporando y repetirlo (sin mirarlo, sino tratar de recordarlo de memoria) de forma espaciada durante un período de tiempo determinado, por ejemplo si quiero recordar una nueva lista de palabras (adjetivos para describir comida) o un discurso en inglés que debo dar en un congreso, lo mejor es repetirlo una o dos veces durante dos semanas (por ejemplo: los lunes, miércoles, viernes y domingos) y no repetirlo 20 veces el último día, ya que es muy posible que, si elijo esta última opción, no logre internalizarlo y aprenderlo realmente.
La repetición espaciada de los conceptos que queremos aprender nos ayudará a crear fragmentos de información que serán “firmes” y “accesibles” y se quedarán en nuestra mente de forma permanente para que podamos acudir a ellos y utilizarlos cada vez que los necesitemos. Justamente de esto se trata la FRAGMENTACIÓN. Es el proceso por el cual unimos pequeñas piezas de información en nuestra memoria por medio de su significado. Es decir, que tendemos a agrupar fragmentos de información que son similares como puede ser, por ejemplo, vocabulario relacionado con un área determinada de la nutrición en inglés (por ejemplo: comida, verbos relacionados con la cocina, enfermedades, etc).
¿Qué debemos hacer para aprender esos pequeños fragmentos? Debemos enfocar nuestra atención para incorporar esos pequeños fragmentos a nuestra memoria de trabajo, comprenderlos, determinar en qué contexto o cuándo puedo usarlos y cuándo no, practicarlos y repetirlos y crear con ellos grupos significativos y memorables (más abajo te hablo de esto) de forma espaciada por un período de tiempo determinado. Entonces, pasarán a formar parte de nuestra memoria a largo plazo y allí se incorporarán al resto de los fragmentos que allí tenemos para que podamos acudir a ellos cada vez que queramos.
Por último, te voy a dejar unos tips que nos pasan los instructores del curso para ser mejores estudiantes:
Realizar ejercicio físico. Resulta que en nuestro hipocampo (una parte vital en nuestro cerebro para aprender cosas nuevas) se crean nuevas neuronas continuamente y el ejercicio físico contribuye a que esas neuronas se mantengan vivas y nos ayuden a incorporar nueva información.
Practicar: la práctica hace al maestro, como dice la frase. Practicar aquello que vamos incorporando y repetirlo de forma espaciada durante un período de tiempo, nos ayudará a crear los fragmentos de los que hablamos y llevarlos a nuestra memoria a largo plazo.
Crear metáfora o analogías mentales que nos ayuden a asociar los conceptos partiendo de ideas que ya tenemos en nuestra mente. Cuanto más extraña o divertida sea la analogía o la imagen, más fácil la podremos recordar. Por ejemplo, un truco muy conocido es el que se utiliza en medicina para recordar los huesos carpianos en orden: “Some lovers try positions that they can’t handle”. Otro concepto que mencionan aquí los profesores y sobre el que leí en varias ocasiones es el del “Palacio de la memoria”. Este consiste en traer a la memoria un lugar físico, conocido y usarlo como libreta virtual donde depositar las imágenes de los conceptos que queremos recordar. Entonces, por ejemplo, si quiero recordar una lista de objetos comestibles en inglés que pertenecen al grupo de los lácteos como, por ejemplo, milk, cheese, yoghurt puedo pensar en mi casa e imaginar una vaca en el medio de la cocina que se está comiendo una letra M y tomando leche y que luego va para el baño y en el camino estornuda y hace ah….cheese y se tropieza con un pedazo de queso y que más tarde pasa por el living, apoya su yogur en la mesa y comienza a hacer una postura de yoga y se lastima (por la palabra hurt: lastimado/a) en inglés. Entonces, va a la habitación y agarra su agenda (por la palabra en inglés: diary) ya que allí tiene escrito el número de su doctor o veterinario. Este última imagen te recordara que todas esas palabras pertenecen al grupo del dairy (lácteo). Luego, vas recorriendo tu palacio mentalmente y recordando los conceptos.
Este ejemplo se me ocurrió a mí pero podés pensar en cualquier otro que quieras, lo importante, es que sea divertido o poco común y eso lo hará más memorable. Sé que puede parecer complicado pero sinceramente yo lo probé y realmente funciona. Esta técnica te permite internalizar los conceptos porque los relacionás con ideas que ya tenés en tu mente y, si encima son divertidas u originales, más memorables todavía. Por supuesto, que no lo vas a usar para recordar todo pero si para vocabulario que te resulte súper difícil o para algo puntual que te cueste incorporar o recordar. Los instructores nos cuentan que se demostró que la gente puede recordar el 95% de una lista de 40 artículos si utilizan esta técnica.
Dormir. Para mí esta es la más complicada de lograr pero súper necesaria ya que cuando dormimos nuestro cerebro ordena las ideas y conceptos que estamos pensando. Borra aquello que no necesitamos y refuerza lo que estuvimos repitiendo durante el día. De ahí también la importancia de la repetición.
Para finalizar, el último consejo que me gustaría darte y que, también menciona la instructora del curso es este: la perseverancia es la clave para tener éxito. Y, personalmente, creo que esto se aplica a cualquier área de nuestra vida, no solo al estudio. La idea es que, como verás, el aprendizaje es un proceso. Es imposible aprender y recordar todo el vocabulario técnico de nutrición o estructuras gramaticales de un día para otro. Pero, si le ponés esfuerzo, práctica y repetición espaciada de los conceptos, si los usás con frecuencia (leyendo artículos o escuchando podcasts sobre nutrición en inglés, por ejemplo), y si te ponés creativa y creas imágenes visuales y divertidas de aquello que más te cuesta recordar, más fácil será avanzar. Espero de corazón que te haya resultado muy útil la información y, si querés, me podés comentar abajo qué fue lo que más te sirvió.
¡Hasta el próximo post!
YANI